Quiero poder guardar en un lugar recóndito de mi memoria el sonido del viento entre las hojas, meciéndolas cual canción de cuna en una noche de tormenta.
Quiero oír el sonido de mis pasos mientras hacen crujir las hojas de otoño que con sus tonos cobres, caobas y amarillos bañan de color esta pequeña ciudad de piedra.
Oigo cascabeles en la mochila de una niña, los saltitos de dos niños al salir del colegio, los cuchicheos de las madres, el motor del autobús que los espera con la calefacción puesta y la radio emitiendo los últimos éxitos comerciales, y el silencio que queda a su partida.
Llueve en Santiago, las múltiples gotas tocan la piedra dejando caer notas al aire, realizando su especial melodía y endulzando mi paseo.
De ti, Quiero guardar el sonido de tus pasos, tu "¿¿¿Ya te vas???", tu respiración entrecortada cuanto te acercas demasiado, el roce de tu ropa al moverte inquieto en esa silla que chirría al son de tus caderas, como revuelves el café con esa cuchara y la risa que te provocan mis chistes. ¡Me llevaría esa sonrisa al fin del mundo!
Los sonidos que conforman un día de los muchos que nos regala esta vida, los llevaría en una cajita para no perderlos nunca pero finalmente solo ocuparán un buen lugar en mi memoria.
_Escámberi F&A_